LA PRESIÓN SOCIAL FRENTE A LOS JÓVENES

Tema: Final
Materia: COE II
Nombre: David Andrés Sichel García
Código: 08203018
Fecha: 19 de mayo de 2009


La presión social es un fenómeno que se da en todas las aglomeraciones de población, donde los grupos dominantes aíslan al diferente. Este comportamiento es posible debido a los estereotipos y cánones establecidos por cada cultura, ya que estos son tomados como las leyes que establecen los parámetros de comportamiento, belleza, educación y salud; por ende, se tiene que <> es aquel que no se rige por dichas normas. Desde siempre, los adolecentes realizan constantemente un trabajo de reflexión, cuestionándose acerca de si su comportamiento es apropiado, acerca de las diferentes consecuencias que conlleven sus decisiones y cómo estas afectarían su relación con la sociedad. Este proceso se incrementa con el paso de los años, puesto que tiene un papel trascendental en el proceso de de la formación del carácter y personalidad de cada quien. Dicho proceso está paradójicamente relacionado con la presión social, puesto que a pesar de ser un proceso individual, se basa en las pautas dadas por la sociedad. De aquí, cada ser humano crea su comportamiento, conociendo claramente que hacer y como desenvolverse en un grupo, aprendiendo a convivir con sus semejantes, ya que es importante pertenecer a un grupo en la sociedad; por esta razón, muchos jóvenes se desenvuelven por medio de comportamientos, ideas y sentimientos que no son lo que en realidad poseen, para ser aceptados en una organización determinada, es decir, son hipócritas. Por efecto de este ensayo, se enfocará a la población adolecente, entre los quince y diecinueve años, puesto que en esta edad, el ser humano es muy influenciable, debido a la etapa del desarrollo de la personalidad. Se pretende mostrar cómo la presión social afecta en el comportamiento y la personalidad de los estudiantes de la universidad Icesi, el miedo al rechazo y la conveniencia de pertenecer a un grupo. Por esto se afirma que la presión social hace de los jóvenes hipócritas.

La necesidad de pertenecer a un grupo conduce a los jóvenes a falsear aspectos de su personalidad, ya que tal vez no serían aceptados por el grupo. La jerarquización de estos es fácil de reconocer, ya que se basan básicamente en aspectos económicos, intereses personales como los hobbies y las diferentes tendencias culturales. En la universidad Icesi, en particular, existen tres grandes grupos: Los de Bienestar, los de La Central y los del Samán, en los cuales se pueden encortar a los estudiantes de las diferentes carreras distribuidos según sus cualidades y comportamientos. En la cafetería de Bienestar hay un ambiente muy tranquilo, con música rock y rizas: un ambiente amigable, donde se encuentra más variedad de pequeñas agrupaciones: estudiantes de diseño, por la cercanía con el laboratorio de su carrera, los deportistas y los artistas, porque es en esta edificación donde se fomentan las actividades deportivas y artísticas, y el grupo gay, que ha ido cogiendo fuerza por la misma filosofía de <>: tienen algo en común, son minoría, deben apoyarse. ¿Qué pasa entonces con los nuevos estudiantes, los llamados <>? Estos andan en manada, protegiéndose de los otros grupos, entre ellos pueden estudiar el entorno y las posibilidades que este les brinda para poder encajar y así tomar una determinación, jugándose la aceptación en el mundo universitario. Cada semestre se ven grupos de los novatos merodeando por Bienestar y al final, no todos se quedan en esta zona: no lograron encajar, puesto que a pesar de ser un ambiente que promueve la amistad, tiene un <> estricta (entiéndase este término como el banco de características o fenotipos que se forma gracias a las relaciones interpersonales, permitiendo jerarquizar y agrupar a todos aquellos que habitan el entorno cultural más próxima. Esta se forma a lo largo del desarrollo del ser humano). La necesidad de encajar es inminente, puesto que genera un estado de sosiego debido a la aceptación de un nuevo grupo de amigos. Fuera de eso, los grupos dominantes son muy agresivos con el que se atreve a ser diferente. La misma sociedad se encarga de destruir a aquel que no acepte las normas de comportamiento establecidas. “Usted sabe, hemos hinchado un poco el asunto. El verano es la estación vacía para los periódicos. Y lo único que valía algo era su historia y la del parricida”[1]. Con esta cita, el autor Albert Camus pretende mostrar cómo la sociedad agranda los defectos de aquellos que van en contra de los estereotipos, asegurándose de publicar las consecuencias de su individualidad, usándolo como manera de advertencia, manteniendo así el control. Desde la sicología, el apego es un estado de obcecación que proviene de la falsa creencia de que algo o alguien te es del todo necesario para ser feliz[2]. Los apegos hacen que una persona solo vea lo que quiere ver, guiándose por ese único camino para alcanzar su objetivo, haciendo lo que este a su alcance para pertenecer a alguna comunidad.

Los jóvenes le tienen miedo al rechazo y a la soledad, por esta razón hacen lo que sea para no ser rechazados. Los seres humanos, actúan instintivamente ante situaciones que generen alteraciones significativas en el sistema nervioso y que los afecte emocionalmente, frente al rechazo, se buscan justificar las acciones que no fueron bien vistas, Las personas piensan más en lo que puedan pensar los otros de sí mismos, que en sus propias convicciones.
Y si dijese que estaba enfermo, ¿qué pasaría? Pero esto, además de ser muy penoso, infundiría sospechas, pues Gregorio, en los cinco años que llevaba empleado, no había estado malo ni una sola vez. Vendría de seguro el principal con el médico del Montepío. Se desataría en reproches, delante de los padres, respecto a la holgazanería del hijo y cortaría todas las objeciones alegando el dictamen del galeno, para quien todos los hombres están siempre sanos y sólo padecen de horror al trabajo.[3]
Kafka muestra en este monólogo como el protagonista se preocupa más por el que hacer para no tener inconvenientes en su trabajo, que por su extraña condición. Gregorio se critica acerca de su holgazanería, cuando momentos antes había afirmado que en cinco años, no tuvo problemas de salud y siempre fue constante en su trabajo.
“Y ¿quién sabe si esto no sería para mí lo más conveniente? Si no fuese por mis padres, ya hace tiempo que me habría despedido. Me hubiera presentado ante el jefe y, con toda mi alma, le habría manifestado mi modo de pensar.”[4] Con este pensamiento, el autor hace evidente, que Gregorio reprime sus verdaderos deseos por el beneficio de sus padres; él se siente en deuda con ellos y debe pagarles de alguna manera, reprimiendo sus verdaderos deseos de libertad. En la vida diaria, son muy pocas las personas que actúan antes de detenerse a pensar en los prejuicios; entre los jóvenes se le llama “ser una persona carácter” puesto que pasa por alto las opiniones de otros sobre su propio comportamiento. El hecho de cohibirse, genera conflictos en muchas cuestiones importantes; por ejemplo, en las aulas académicas, muchos estudiantes no se atreven a resolver sus dudas por “el qué dirán”, siendo estos los únicos afectados, quedando con falencias en su educación.

Otro aspecto importante, es la conveniencia de pertenecer a un grupo, pues es una buena estrategia si se quiere progresar dentro de la sociedad. Muchos jóvenes son consientes que el tener una buena relación con los profesores es conveniente, ya que puede ser beneficioso y se puede esperar siempre una buena disposición en el momento de explicar el tema de clase, o de resolver alguna duda por fuera del tiempo dado establecido. Muchos adolecentes no tienen el menor inconveniente de tomar una actitud lambona para tener mejores oportunidades, pues son conscientes de que con su disposición en el grupo, pueden ganarse la confianza del líder de este y ser tenidos más en cuenta.
Bruscamente se levantó, se dirigió a grandes pasos hacia un extremo del despacho y abrió el cajón de un archivo. Extrajo de él un crucifijo de plata que blandió volviéndolo hacia mí. Y con voz enteramente cambiada, casi trémula, gritó: “¿Conoce usted a Éste?”. Dije: “Sí, naturalmente”. Entonces me dijo muy deprisa y de un modo apasionado que él creía en Dios y que estaba convencido de que ningún hombre era tan culpable como para que Dios no lo perdonase, pero que pare eso era necesario que el hombre, por su arrepentimiento, se volviese como un niño cuya alma está vacía y dispuesta a aceptarlo todo. […] “Ves, ves”, decía. “¿No es cierto que crees y que vas a confiarte a Él?” Evidentemente, dije “no” una vez más. […][5]
Albert Camus muestra con ese fragmento, cómo el ser humano se puede ver beneficiado si pertenece a un grupo, en este caso, recibir el perdón y quizá la posibilidad de salvar su vida. De aquí nacen los dichos populares, de que estar en la <> es bueno o “si no puedes contra ellos úneteles”, haciendo de las relaciones sociales un buen juego de estrategias, en el cual el que pueda manejar mejor sus contactos, puede salir mejor favorecido.

Sin embargo, la intencionalidad con la que se asumen los compromisos que los grupos les asignan, pueden hacer del joven el culpable de dicha hipocresía. Se hablaría entonces de un <>, donde la falsa ayuda que se ofrece, no es más que una satisfacción personal, con la que se busca demostrar que a pesar de todo, se puede sobre salir; pero dicha hipocresía se da gracias a que la sociedad rechaza al sobresaliente.
El ser humano está atado a la relación que tenga con otras personas, busca siempre su aceptación, modificando actitudes de su personalidad para encajar fácilmente dentro de un grupo, tanto así que miente o niega aspectos que podrían ser desaprobados y en caso tal, tiene preparada una justificación para enmendar cualquier malentendido. Las personas con un carácter débil, no tienen el suficiente valor para aceptar sus propias condiciones y buscan camuflarse en un grupo de personas, adoptando sus actitudes o ademanes, sin importar si están o no de acuerdo con ellos, evitando así el rechazo. Es por esta razón, que se presentan muchos casos de hipocresía en las relaciones interpersonales, puesto que muchas personas no se muestran como realmente son, sino como la otra espera que lo haga. Así todos podríamos ser la famosa moneda de oro, que le cae bien a todo el mundo. Pensemos entonces, si es mejor ser una persona desinteresada, que se rige por los estereotipos, adoptando las actitudes que su entorno exige, sin carácter y que carece de individualidad.

1814 Palabras
[1] El Extranjero. Albert Camus. Editorial Booket. Pág. 110
[2] Una llamada al amor Anthony de Mello Meditación 8 Apegos, miedos y creencias, http://usuarios.lycos.es/cureduval/Reflexion008.htm vista por última vez: 18-05-2009
[3] Franz Kafka La Metamorfosis. Traducción y prólogo de Jorge Luis Borges. Editorial Losada, Clásicos Universales. Pág. 16.
[4] Ibíd. Pág. 15
[5] El Extranjero. Albert Camus. Editorial Booket. Pág. 89 -91